“Amar no es sumar, es multiplicar”
A los 59 años, falleció ayer el humanista Osvaldo Vignau
09:07 | En la víspera, con estupor, su familia dejó un mensaje a los amigos y seguidores de Facebook: “Su corazón cansado de luchar se detuvo, perdonen por no explicar más pero estamos destrozados”. Célebre por su programa televisivo en el que rescataba animales de la calle, su “hogar” llegó a cobijar decenas de mascotas desprotegidas. Sus restos serán inhumados hoy a las 17 en el cementerio parque Jazmín.
“Me llamo Osvaldo Ernesto Vignau, soy argentino, y naci un 7 de abril de 1951. Vivo en Resistencia, provincia del Chaco”. Así se presentaba en su sitio web dedicado a mostrar el trabajo que hacía junto a un grupo de colaboradores para recuperar animales desprotegidos. Consciente de las causas del abandono, las calificaba como “las inclemencias del temporal egoísta de la conducta humana”.
Su “hogar” estaba en un campo cerca de Resistencia. Albergaba “alrededor de mil perritos enfermos, ciegos, paralíticos, con enfermedades terminales, que no teniendo ya más lugar en este mundo decidimos cobijarlos para su protección, y que hoy son felices o intentamos que lo sean”.
Vignau había decidido poner su humilde patrimonio al servicio de ese proyecto. Durante veinte años, según sus propias palabras, no se había tomado vacaciones. “Junto a mi familia lo compartimos todo”, reconocía, “porque esta sociedad castiga la vejez como un pecado y se lo abandona tanto en los seres humanos como en los animales”.
Pero la tarea no se limitaba a las mascotas abandonadas. “También ayudamos alimentando a niños y ancianos necesitados recorriendo lugares y llevándoles a su propio hogar esa ayuda, que aún no siendo mucho calma en algo sus necesidades, y que los hace sentir que la fraternidad, el amor y los enunciados de solidaridad no son sólo una palabra”.
Vignau calificaba a su familia como “un puñado de seres idealistas”. Reconocía que las limitaciones económicas eran el más difícil obstáculo para avanzar en su iniciativa, y qué hacían para sostenerla: “Vendemos ropa y artículos varios en un negocio situado en Av. 9 de julio 563 en la ciudad de Resistencia”, relataba. Todo lo que ganaban estaba destinado a mantener “esta tarea que indirectamente repercute con su ejemplo de atender al hermano menor animal, en el corazón de los niños”.
Dos frases acaso sinteticen su visión sobre el mundo y la gente. Una, de la Madre Teresa de Calcuta: “Hay que dar hasta que duela”; la otra, de factura propia: “El amor lo incluye todo: el que ama a los seres humanos ama a los animales y quien ama a los animales ama al ser humano y a la vida toda”.
http://www.diariochaco.com/noticia.php?numero=78051
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