JOHN
Tiene 12 años y, desde que encontró refugio en la seccional local, demostró una gran capacidad para realizar patrullajes.
Hace 6 años John llegó a la comisaría 11 de General Gemes, vagabundo y sin dueño, buscando refugio. Fue aceptado por los efectivos como mascota, quienes lo incorporaron para que “colabore” con sus tareas habituales.
Al poco tiempo comenzó a ser utilizado por el personal en los patrullajes peatonales. “Nunca fue necesario colocarle correa, ya que el perro supo siempre cómo moverse en las calles, caminando muy cerca del agente y atento a lo que pudiera pasar”, cuentan hoy los policías, quienes destacan que John “hoy reconoce claramente la diferencia entre un detenido y una persona común. Nunca mordió a nadie, pero sí llegó a mordisquear las prendas de vestir de un detenido cuando se resistió a la autoridad policial”.
Son las mujeres policiales quienes más utilizan al perro. “Es suficiente para que calmar algunos ánimos”, comentan.
“Cuando salimos a patrullar, lo llamamos y él sale con gran porte, como si se sintiera orgulloso. Ahora ya está un poco viejo, pero sigue al lado nuestro. Es tan compañero que quisimos homenajearlo con una actividad en la plaza central”, informó la cabo Inés Mamaní, con quien John tiene mayor afinidad en la Unidad del Orden Público.
En honor a este fiel perro la unidad policial organizó por el Día del Animal un desfile de disfraces de mascotas. “Además, John fue ascendido a sargento”, contaron entre risas los agentes.
Hoy este singular perro tiene ya 12 años, cuenta con un compañero mucho más joven que “está aprendiendo, igual que él, los gajes del oficio, aunque John aún no lo acepta del todo. Es muy celoso de su espacio y, a pesar de su avanzada edad, todavía no tiene ninguna intención de pasar a un retiro jubilatorio”, afirmaron los efectivos, emocionados.
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