INSEGURIDAD !!!
>> CARTA DE UN MÉDICO DEL HOSPITAL TORNÚ DE BUENOS AIRES
>> > Mi nombre es Eduardo Benedetto (DNI 13.404.096). Mis
amigos y familiares me conocen y quizás se extrañen de que declare mi
identidad como primera cosa en este mensaje; pero mi intención es que
difundan este mensaje y, por lo tanto, estoy interesado en darle
credibilidad al mismo. > Habitualmente les mando paisajes hermosos,
la mejor de las músicas, datos sorprendentes que nos acerca la ciencia
o mensajes esperanzadores acerca de los valores eternos que nos dan
trascendencia como seres humanos. Hoy tengo una finalidad menos grata,
y por ello les pido disculpas por anticipado. > Lo que quiero es
contribuir a desmentir la falacia conque nuestros gobernantes tratan de
confundirnos acerca de que lo que hay es sólo una "sensación de
inseguridad". Quiero contribuir, al menos, a desterrar esta mentira de
la mente idealista de algunos jóvenes -y no tanto- militantes que
defienden a los actuales gobernantes contra viento y marea. Militantes
que llegan a ofuscar su entendimiento para así no convalidar el
discurso de los que no opinan como ellos y presentan, como yo, pruebas
contundentes de la > mendacidad, de la hipocresía y del abismal
grado de degradación espiritual de quienes, por desgracia, guían
actualmente los destinos de nuestro país.
>> > Quienes me
conocen saben que con mi esposa hemos formado una familia con tres
hijos bellos de cuerpo y espíritu. Hijos que estudian y trabajan,
respetuosos de los derechos ajenos, del pudor de los demás y de sus
mayores. > Hijos criados en el marco de los valores cristianos que a
su vez nos fueron transmitidos por nuestras respectivas familias. Hijos
que donan sangre para gente que no conocen, que cuidan hijos ajenos
cuyos padres han abandonado. > Tanto a ellos como a mi esposa y a mí
nos han asaltado a mano armada en el curso de estos últimos años,
varias veces, incluso han entrado en nuestro hogar haciéndonos pasar
momentos terribles. La última vez fue hoy, a la madrugada, cuando mi
hijo, de 22 años, se despedía de unos amigos con los que se había
reunido; quizás para festejar el nuevo trabajo que había conseguido por
las suyas, o para distenderse después de tantos exámenes que rindió con
éxito recientemente en su carrera de ingeniero en sistemas, o > para
contarles lo bien que la había pasado conmigo en un viaje inolvidable
de padre-hijo que hicimos hace un mes. La cosa es que unos tipos lo
esperaron a la salida de un boliche en Villa Devoto y lo atacaron
salvaje, cobardemente. Le golpearon la cara, la cabeza, el cuerpo; le
robaron todo. > Gracias a Dios. no lo mataron, ni le rompieron nada,
está sano y salvo en nuestra casa, con algunas contusiones. También
está desesperanzado (espero que transitoriamente) y triste.
>> > Ante tamaños acontecimientos me sorprendo maldiciendo a
los agresores, deseándoles lo peor, como nunca lo había deseado. Me
sorprendo pensando que habernos quedado en la Argentina, no habernos
ido en nuestra juventud, fue un gran error. Me sorprendo y me horrorizo
al ver en qué me he convertido al compás de los golpes que la violencia
y la inseguridad que reina en nuestras calles me han asestado en estos
últimos tiempos. La conversión fue lenta, fíjense que la primera vez,
cuando nos maniataron y vendaron los ojos a mis dos hijos menores y a
mí mientras nos amenazaban con armas de fuego de verdad (no con
"sensaciones" de armas), esa primera vez sentí pena por los agresores y
deseaba fervientemente que lograran cambiar el rumbo de sus vidas hacia
adelante, hacia arriba, hacia la luz.
>>
>> Hoy,
al despertarme a las 5 de la mañana para recibir el llamado de una
buena persona que, gracias a Dios apareció para salvar a mi hijo,
recojerlo en su auto y traerlo hasta la puerta de casa, hoy al abrir la
puerta de mi casa para recibir a mi hijo, que es un hombre bueno, el
mejor del mundo, bañado en su propia sangre y llorando, pidiéndonos
perdón por el mal momento, hoy la verdad que no pude sentir compasión
por sus agresores. Les pido perdón a ustedes y fundamentalmente a Dios
por eso.
>> > Hoy he descubierto que los violentos
amparados por los aún más violentos de nuestros incapaces gobernantes
me han robado mi patria, han dañado a mi familia y me han hecho más
vil. Advierto, sin embargo, que me queda Dios, a Quien agradecí mil
veces en el curso de este día. No creo que puedan con eso. > Por
consiguiente, aparte de desahogarme con la redacción de este mensaje,
les pido que lo difundan para que la gente no se deje confundir con eso
de la "sensación de inseguridad". > Hoy veo en el noticiero el
entierro de un chico de 16 años que agonizó durante una semana después
de sufrir un ataque muy similar al que sufrió mi hijo y vuelvo a dar
gracias porque está vivo y sano; pero esto no puede ser, la situación
es desesperante. Quienes me conocen saben que no me guía ninguna
intención política ni pertenezco a ningún monopolio informativo.
>> Les pido a todos que me crean, que sepan que en 6,7,8 mienten
descaradamente. > Y les pido a los militantes, si alguno lee este
mensaje, que se quiten la venda de los ojos y les exijan a sus líderes
que se dejen de proteger a los delincuentes, que gobiernen para la
gente que verdaderamente compone el pueblo, el tejido social de la
Nación, que paren de elaborar eslogans; como el último que reza algo
así como "Seguridad, obligación del Estado, obra de todos". Es mentira,
yo no tengo que hacer la seguridad, eso es algo a lo que tengo derecho,
tiene derecho mi familia, ustedes, todos, es algo que debemos exigir.
¿Qué significa que es obra de todos? ¿Me están diciendo que tengo que
comprarme un arma? ¿Que tengo que parar de asaltar a la gente? ¿Que
tengo que hacer rondas nocturnas? ¿Que tengo que delatar? La seguridad
es algo que nos tienen que dar los gobernantes a nosotros. Nos tienen
que dar seguridad, entre otras cosas, y no fútbol o carreras de autos o
dinero por > nada. No nos tienen que dar plata como quien da una
propina, un soborno o simplemente aplica una mordaza. Seguridad, no
plata por nada. > Les pido a los militantes que les digan asus
líderes que con los eslogans se limpien el c...., porque para el alma no
les va a alcanzar. > Eduardo Benedetto. > > Buenos Aires, 29
de abril de 2012, día del Animal >
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