UN GRUPO DE RESCATISTAS DE ANIMALES DETECTARON A SU MADRE.
Amor de elefante
El reencuentro entre la elefanta Mabei y su cría.
Para todos los mamíferos, incluyendo a los seres humanos, depender de otros y estrechar lazos no es una debilidad, sino más bien todo lo contrario. Se trata de una estrategia o mecanismo que nos permite aprender y ser protegidos en nuestros años más vulnerables de vida por adultos del grupo. Todo un proceso que aumenta considerablemente nuestras posibilidades de supervivencia.
Pero no todos los mamíferos manifiestan este apego con la misma intensidad. Elefantes, ballenas, orcas, delfines y primates Pero no todos los mamiferos manifiestan este apego con la misma intensidad. Elefantes,ballenas, orcas, delfines,y primates,somos especialmente sensibles a los vínculos afectivos que establecemos los unos con los otros. Eso significa que cuando nos separamos, sufrimos de ansiedad. Un síntoma muy común entre los perros y gatos, que deben pasar horas y horas solos en casa. Son momentos que algunos llevan muy mal debido a su naturaleza gregaria, especialmente los canes. También en los niños que no son atendidos o acompañados adecuadamente, según los resultados de unos estudios que se hicieron en Rumania en los orfanatos hace varias décadas.
Éste fue el caso también de una bebé de elefanta llamada Mabei, quien fue robada de su manada y puesta a trabajar como esclava en Tailandia hace tres años. Un delincuente consintió que los responsables del ElephantNature Park se la llevaran, argumentando que siempre solía ponerse enferma y era un ser inservible.
Los responsables de la institución que la rescataron detectaron a su madre en un campo para turistas a sesenta millas del lugar. De nuevo convencieron al dueño de que les dejaran traer a la pequeña para favorecer el encuentro. Durante cuatro días, caminaron con Mabei por los caminos de Tailandia.
Cuando se produjo el esperado momento (como puede apreciarse en el vídeo sobre estas líneas), lo primero que ocurrió es que ambas se quedaron en shock y estuvieron en silencio durante aproximadamente media hora, declaran los asistentes. Pero después, comenzaron a unir sus trompas, a abrazarse y acariciarse con sus cuerpos. Una escena que pone la piel de gallina.
Pero la historia tiene un final aún más feliz. El dueño del campo donde vivía Mae Yui se emocionó tanto al ver la reacción del encuentro que ha decidido liberarla y dejarles que vivan juntos una institución que lleva a cabo un proyecto de rehabilitación para esta especie, llamado Karen Elephants Experience.
Como en la historia de Dumbo, madre y cría, fueron separados, llevando más de tres años sin verse. Aquel hecho supuso un hecho traumático para ambas al que ahora afortunadamente han podido poner fin.
No podemos olvidar que el apego y las emociones son fundamentales para mantenernos unidos. Esa es una de sus funciones principales: hacer de pegamento social. Sin duda, todo un logro evolutivo en la historia evolutiva de las especies.
Los elefantes son unos seres fascinantes con una intensa vida emocional y social. Así lo demuestran las investigaciones de campo y el estudio de su cerebro mediante resonancias magnéticas. Éste se caracteriza por poseer un hipocampo de grandes dimensiones: una zona del cerebro fundamental a la hora de procesar emociones. Por lo tanto, aunque sea amor de elefante, no deja de ser amor y probablemente los sientan de una manera muy similar a como lo hacemos nosotros.
Muchos necios, a pesar de ésta y otras evidencias, seguirán negándoles la capacidad emocional a los animales, pero como dice el etólogo Marc Bekoff, "es más difícil probar que los animales tienen emociones que lo contrario".
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